PILCHAS GAUCHAS - Reporte Especial.

Las antiguas tradiciones que se mantuvieron vivas de nuestros abuelos a sus hijos a la hora de vestirse, fueron modificándose con el paso tiempo, sufriendo algunos cambios de consideración, llegando a la actualidad a una tercer generación con nuevas innovaciones que imponen la moda y que los jóvenes la adoptaron como propias y las lucen con mucho orgullo.

Si uno repasa cómo se vestían los abuelos en una reunión familiar o evento en el pago, los hombres lo hacían con una bombacha, faja, camisa de grafa, alpargatas o esparteña, un sombrero y cuchillo en la cintura, mientras las mujeres lo hacían de polleras, alpargatas, una camisa y un pañuelo en la cabeza.

Con el tiempo sus hijos varones fueron animando a los cambios de la moda o nuevo mercado y adquirieron las botas arrugadas, bombachas más anchas y tableadas, rastras, pañuelo al cuello y sombreros, mientras las mujeres se resistían y mantenía las tradiciones de su madre.

En la actualidad, la tercera generación se animó a cambios sustanciales y hasta impusieron ciertos estilos que hoy no solo los hombres y mujeres de campo usan sus pilchas gauchas sino vecinos de las grandes ciudades.

Uno al recorrer alguna fiestas criolla, como jineteadas, carreras cuadreras o bailes de campo, podrá apreciar como tanto varones como mujeres cuentan con un estilo muy parecido a la hora de vestirse.

En el sur santiagueño, se puede observar actualmente dos tipos de formas de vestirse, que están marcados por la idiosincrasia y las costumbres en cada una de las regiones, donde por un lado están los siguen las viejas tradiciones como se vestían los abuelos y los “modernos” los que fueron adoptando nuevas prendas que llegaron del sur del país, y que fueron adoptando observando los jinetes que participan en las domas de Jesús María.

En cada fiesta criolla, toda la familia hace gala de sus prendas gauchas, donde podemos ver a grandes y chicos como lucen impecables. Con mucho orgullo usan sus mejores botas, bombachas, camisas, cuchillos, pañuelos, sombreros o boinas, mostrando toda su elegancia ante la concurrencia.

En el departamento Quebrachos y una amplia zona ribereña del río Dulce o Utis que abarca Salavina, Mitre y Aguirre, allí los denominados “Costeros” son los principales innovadores y marcaron un estilo a la hora de vestirse e ir a una fiesta en el pago o la zona.

Uno al recorrer los diferentes parajes se puede observar en especial a la juventud que sigue el festival de Doma de Jesús María, cómo fue cambiando sus vestimentas de lo que originariamente usan o usaban sus padres.

En los varones es común verlos de botas de carpincho o de cuero caña larga, Medía Bombacha a rayas o lisas de diferentes colores, una faja, una camisa cuadriculada y pañuelo o corbatín en el cuello y en la cabeza una boina Vasca, principalmente de color bordo.

La mujer, rompieron las reglas de las polleras y se animaron a usar alpargatas blancas, media bombacha, faja multicolor, camisa lisa o cuadriculada, pañuelo al cuello y boina Vascas, muy parecido al hombre.

Esta moda hizo que en Sumampa o Villa Ojo de Agua, las casas de comercios fueran ampliando el mercado de las prendas de vestir y actualmente ofrecen una amplia variedad de modelos de ropa y accesorios que tanto hombre como mujeres buscan para lucir.

También están aquellos que se resisten a pesar del paso del tiempo a cambiar y mantienen vivo su estilo y lucen orgullosos sus botas serrucho, bombachas, chalecos bordados, pañuelo al cuello, sombrero y un facón o cuchillo grande en su cintura, un estilo muy del norte del país